lunes, 10 de marzo de 2008

Investigación y Marketing Político

Una de las cuestiones que más me fascinan en toda campaña electoral es el uso que se hace de las encuestas en estas épocas. Tanto aquí como en Estados Unidos he podido observar como las encuestas son una herramienta potentísima de marketing. Si acudimos a la visión tradicional de la investigación social o de mercados las encuestas debieran ser una herramienta para la toma de decisiones, en este caso, para ayudar a los políticos a pergeñar sus programas, determinar los mensajes a lanzar, puntos fuertes y débiles, timing de la campaña, etc. Sin embargo, me da la impresión que en los últimos años el objetivo de las encuestas no es tanto el conocer, como el comunicar o la venta pura y dura. Lo que en terminología de investigación llamamos "pseudo-investigación". En este caso las encuestas sirven para movilizar/desmovilizar, crear o reforzar estados de opinión, en defintiva como un argumento más de venta.

Lo cual implica, en mi opinión, un problema para quién elabora las encuestas. Imaginemos que yo pertenezco a un Instituto de investigación y un partido político me encarga un estudio. El objetivo del mismo no es tanto saber como va la campaña, sino poder publicar los resultados con una determinada intención. Elaborado el estudio, conozco los resultados directos, los cuales han de ser "cocinados" añadiendo los factores de corrección correspondientes (índices de ponderación, en terminología de investigación). Si yo sé de antemano que un buen resultado podrá ser publicado, mientras que uno malo puede ser enviado a dormir el sueño de los justos, ¿cómo aplico esos factores de corrección?. Y si encima sé que el partido político en cuestión, un muy buen cliente, irá a contratar a otro instituto si mis resultados no le convencen...

Ya sé que alguien dirá, que es cuestión de ética profesional. Por supuesto, pero, "Poderoso caballero es Don Dinero". Resulta sospechosa la correlación que existe entre los resultados publicados por determinados medios (todos, diría yo) y su tendencia ideológica.

Otra cuestión muy discutida suele ser la capacidad de estos estudios para acertar en sus pronósticos. Mi impresion es que aciertan mucho más de lo que se piensa. El motivo de su "desprestigio" es que cuando fallan se airea a los cuatro vientos la equivocación. Cuando aciertan, nadie dice nada.

Y yo me pregunto, ¿Cuántas encuestas son publicadas junto a su correspondiente ficha técnica?. Es más, ¿le preocupa a alguien conceptos tan "difusos" como tamaño de muestra, margen de error, método de muestreo, etc, etc?

Postdata: Me alegra ver que algunos se toman los malos resultados electorales con humor.


4 comentarios:

Germán Gómez dijo...

Las encuestas electorales tienen bastante trabajo interno. Trabajo previo de selección de la muestra y posterior de ponderación. Muchas posibilidades para "arrimar ascuas".

Félix dijo...

Supongo que IU habrá pagado el canon correspondiente o pedido los permisos necesarios para hacer uso de unas imágenes registradas por unos creativos. A ver si para unas cosas va a haber canon y para otras no. :)

Mikel Mesonero dijo...

@German, es la impresión que me suele dar. Antes de leer los resultados, imagino por donde van a ir los tiros y suelo acertar. Por no hablar de las "pseudoencuestas" (principalmente en las paginas web) realizadas para acabar diciendo lo que yo quiero decir bajo el aval de que el "pueblo/electores/afición" piensa como yo. Especialmente flagrante en el caso de la prensa deportiva.

@Felix, :-), será cuestión de indagar o en su caso hacer un ejercicio de "peridodismo de investigación"

Unknown dijo...

Yo creo que aciertan tendencias, cuando no hay cambios repentinos muy drásticos. El 9-M casi han clavado la diferencia en % entre los dos primeros partidos. Sin embargo, han quedado muy lejos de los resultados en Euskadi