Ayer recuperé una de las costumbres que hacía tiempo había olvidado. Semanalmente, hasta antes de irme a USA, nos solíamos juntar la "cuadrilla" en una sociedad para cenar y charlar, estar, compartir, conversar. Estando fuera echas de menos muchas cosas, y ésta era una de ellas. Juntarte alrededor de un mantel a cuadros, con una botella de sidra, aunque yo soy el único que bebo agua (sólo en estas cenas y sin que sirva de precedente), hablar de.... Recuerdo que en sus inicios, el tema era chicas y fútbol, después los pisos y el fútbol, ahora los críos y, como no, el fútbol. En fin...
Cada semana le toca a uno hacer la cena. Cuando empezamos era un coñazo, "que voy a hacer", "se quedarán con hambre", "le pediré a la ama que me haga algo", en fin, dos semanas pensando en ello. Hoy día, no. La cena es la excusa, y sin ir más lejos, ayer preparé una ensalada templada de gulas y langostinos con naranja y platano y, después unos filetes (material de primera, traido por Juanjo, nuestro carnicero) con pimientos. Sencillo, sin complicaciones.
Y allí estábamos, Anton agobiado con su executive en Deusto (lo tiene muerto "matau"), Felix con su nuevo piso en costrucción y contándonos que le han puesto de responsable en otra unidad de negocio, Xabi preocupado por la entrevista que le han hecho en el DV en su condición de entrenador del Ilintxa y que se publica el sábado en la crónica local (con foto y todo, tú), Gerelli descojonau después del partido de futbito y Juanjo, traumatizado con el nombramiento de Lillo. Faltaban Felipe, que estaba por la France ganando clientes para la causa, es decir, Bellota, y Bixio, quién tenía prohibido asisitir porque se casa en Julio y estamos ya preparando su despedida.
Fútbol (el Getafe en la pantalla) y planificación de la despedida. Dos temas como otros cualquiera para compartir momentos con gente a la que aprecias. Pequeños placeres de la vida.
Y yo me pregunto, ¿hasta cuando eso de que en la sociedades no pueden entrar mujeres en la cocina?
Cada semana le toca a uno hacer la cena. Cuando empezamos era un coñazo, "que voy a hacer", "se quedarán con hambre", "le pediré a la ama que me haga algo", en fin, dos semanas pensando en ello. Hoy día, no. La cena es la excusa, y sin ir más lejos, ayer preparé una ensalada templada de gulas y langostinos con naranja y platano y, después unos filetes (material de primera, traido por Juanjo, nuestro carnicero) con pimientos. Sencillo, sin complicaciones.
Y allí estábamos, Anton agobiado con su executive en Deusto (lo tiene muerto "matau"), Felix con su nuevo piso en costrucción y contándonos que le han puesto de responsable en otra unidad de negocio, Xabi preocupado por la entrevista que le han hecho en el DV en su condición de entrenador del Ilintxa y que se publica el sábado en la crónica local (con foto y todo, tú), Gerelli descojonau después del partido de futbito y Juanjo, traumatizado con el nombramiento de Lillo. Faltaban Felipe, que estaba por la France ganando clientes para la causa, es decir, Bellota, y Bixio, quién tenía prohibido asisitir porque se casa en Julio y estamos ya preparando su despedida.
Fútbol (el Getafe en la pantalla) y planificación de la despedida. Dos temas como otros cualquiera para compartir momentos con gente a la que aprecias. Pequeños placeres de la vida.
Y yo me pregunto, ¿hasta cuando eso de que en la sociedades no pueden entrar mujeres en la cocina?
No hay comentarios:
Publicar un comentario